jueves, octubre 12, 2006

Plástico... petróleo, tierra, agua... esencia...


Las personas escindidas en sus “yos”: emocional y racional solemos difuminar la realidad y dividirla, ver las partes y no el todo e incluso escondernos de nosotros mismos y lo intentamos todo con tal de no enfrentar a estos dos polos en espejo para evitar las crisis existenciales y los conflictos entre estos entes tan fuertes y débiles a la vez…

Siempre hay uno de los dos yos que gobierna sobre el otro, porque las situaciones se han hecho para enfrentarlas no sólo pensando, sino también sintiendo… Pero a las personas que somos gobernadas por el yo emocional, simplemente nos encanta maquillar las situaciones peligrosas, esas que amenazan y hacen vulnerable nuestra coraza y fortaleza, las disfrazamos o las miramos desde un punto de vista rebuscado y las tratamos de abordar como si fuese algo netamente racional…

Sin embargo, sería bueno aceptar que hay cosas de la vida que se deben sentir más que pensar y que sólo hay que pensarlas para que esa razón sostenga la pena o la encause, pero, por ningún motivo para apalear, disminuir o negar esa pena, esa rabia, ese llanto o esa frustración…

Tal vez, me he pasado la vida entera racionalizando las cosas…todo el tiempo he buscado protegerme de la tristeza, de la desidia, del dolor, la amargura y la decepción…Me doy razones estúpidas que sólo yo comprendo, razones tontas que sólo yo acepto, aún cuando sé que carecen de validez alguna.

Las personas gobernadas por sus emociones, conviven con ellas a diario, pero no por ello logran llegar a definirlas, porque son tantas y coexisten todas a la vez… que no logramos distinguir en la maraña de sentimientos donde empieza el dolor, donde termina la rabia, donde sale la frustración, donde nace la nostalgia y donde comienza a salir el sol otra vez para sanar y abrigar todos nuestros vacíos…

He querido racionalizar el estrés que me provoca estar en esta carrera que no me deja dormir, comer bien, pensando que aparte de la Universidad no hay nada más allá afuera que sea interesante de descubrir… que mi vida personal se termina cuando salgo de la reja de Sausalito y luego soy yo y nadie más…

Cuando en realidad es esa vida de mierda la que no me deja descubrir otras cosas…

Y finalmente tengo miedo de descubrirlas y terminar concluyendo lo que sé y no quiero asumir: que el mundo de allá afuera es inmensamente más exquisito que este y que, si me arriesgo a descubrirlo tal vez no vuelva nunca más a la Universidad y viva enamorada de lo que no me va a sostener jamás… las calles de Valparaíso, los colores del cielo, las franjas anaranjadas que tiñen el cielo al atardecer…de las luces y sombras que se difuminan en las nubes ambiguamente dejando entrever, dejando la duda, sin determinar si es día o ya es de noche…

Me da miedo dejar todo lo que objetivamente vale, por dar en el gusto a ese capricho mío…

He querido racionalizar los amores que siento, porque se hallan distantes, he intentado “comprender” al amor y asignarle un itinerario lógico para no someterme a la sensación del balancín…he luchado contra mis amores, porque el corazón me tironea e insiste en llevarme hacia ese lugar donde es imposible dejar de entregarme a mi más escondido punto de debilidad…he tratado de sonsacarle verdades azarosas y de ponerle condiciones, he tratado de frenarlo cuando la marcha es rápida y el camino es denso… pero el amor nos lleva a todos, tarde a temprano a disfrutarlo, a sentirlo sin pensarlo, a comerlo a besos, a sostenerlo entre los brazos… y pese al miedo que sentimos siempre racionalizamos ese riesgo advirtiéndonos que esta será…

… la última vez…

Me da miedo dejar todo lo que objetivamente vale, por no poder decirle "no" a ese capricho mío…

He querido racionalizar mis miedos… y olvidarlos en medio de la avenida mientras los autos se alborotan y yo corro a la playa… he querido abandonarlos sin pudor de dejarlos a merced de la indiferencia y el desamor más grande…no he querido aceptarlos como parte de mi vida, porque me niego a asumir que son parte de MI vida… y pese a esa inseguridad que me provoca el miedo lo racionalizo contándome un cuento que solo yo creo…