sábado, julio 21, 2007

Metamorfosis

Inexorablemente, inevitablemente la mariposa que había logrado volar volvió a su capullo de oruga temerosa…un proceso de involución progresivo hacia la pérdida y la melancólica decisiva de abandonarse a sí misma habitó entre sus hilos…










Sé desde cuándo, pero no sé hasta cuándo





Sé para qué y por quienes he dejado de hacerlo, pero no sé por qué…







Censuraron el vuelo, censuraron las ganas que tenía de ser libre alguna vez, censuraron mi nobleza de mariposa soñadora y mi canción de cuncuna amarilla no volvió a sonar nunca más con el tonito pueril y esperanzador de volverse maravillosa… se destiñeron los colores de sus alas en las vueltas que el mundo dio conmigo dentro y aunque quisiera vomitarle encima, ahora no me atrevo a decir todo lo que quisiera decir… me quedé con ideas secuestradas por el temor, con frases melancólicas selladas por el prejuicio, con represiones enerradas en una olla a presión…



Pareciera que no me encuentro o pareciera que en reiteradas ocasiones quisiera perderme a propósito… para no tener que enfrentar, para poder decidir que me carga ser lo que soy, por la fragilidad que me confiere esa belleza idiota de no haber sido anestesiada por la vorágine de la rutina y por hacer de esa rutina aburrida para el resto el acto sagrado de cada día…la belleza de la descripción de las aventuras que conforman cada abrazo y cada sonrisa me hace sensatamente estúpida y vulnerable… quisiera, tal vez…autonegarme, quisiera, tal vez, no escuchar a quienes insisten, con cobarde arrepentimiento, en la conservación de esa belleza luego de haberla mutilado y extinguido con su soplo de indiferencia y racionalización.

La oruga hizo florecer sus espinas y sus colores, para reptar en silencio y mimetizada, para enseñar sus espinas blandas como una carátula de lo que quisiera ser y no es… para causar asco y en ocasiones temor… para dar señales de lo que es la confusa mezcla del veneno pérfido y amenazador, que hace sufrir, pero que no mata…