martes, noviembre 14, 2006

Hubo...

Los años no pasan en vano… eso dicen por ahí…

Lo único cierto es que ayer a las cuatro de la mañana me eché a llorar a mares… ni el mismísimo Marco sabe que me hizo llorar como una tonta…de repente en medio de la noche me di cuenta que estábamos conversando solo los dos… que él a diferencia mía no tenía que levantarse temprano y que si lo hacía era solo porque debía volver desde Rancagua…que yo estaba sola frente al teclado tratando de convencerme que a las 4 de la mañana no hay nada más que hacer que ir a dormir… pero el síndrome del día domingo me tomó sin aviso y se apoderó de cuanto recuerdo encontró…

Después de mucho vagar por internet, de jugosear al máximo sin saber que hacer… de sentirme culpable porque ahora tenía tiempo para dormir y no lo estaba haciendo, pensaba que si no lo estaba haciendo era por algo también… que los dolores de estómago por comer cualquier cosa no eran por nada, que los desajustes de sueño no eran por nada, que sentir esa indolencia frente a los recuerdos que todavía me duelen, y, que sentirme así de NORMAL a dos días de mi cumpleaños… a sabiendas que de nuevo estoy lejos de casa, que al regreso no hay Javiera en la puerta con pancartas ni un papá con mirada dulce y silente, ni mamá con su torta comprada en el super… sí, realmente era triste, pero no quería asumir que era así porque no podía darme semejante lujo a esta altura del año…no a menos de un mes de egresar...

Pensaba en mis amigas y en la alocada vida de la U. que muchas veces no nos deja saber ni la fecha en la que estamos…



…de pronto me sentí con miedo a ser olvidada…

…pensaba en las clases y en que el mundo no paraba por mí ni por nadie… pensaba en las promesas falsas, en las mentiras, en los errores y en la culpa de ese peso que aún cargo…todo se daba vueltas en mi cabeza y no podía darme tregua alguna para poder conciliar ese estúpido sueño que falta tanto los miércoles por la noche…

También sentí culpa por todos los actos atarantados, sentí pena por esperar y conducirme sola al error por ello y de apresurarme a salir a caminar bajo la tormenta, los truenos y relámpagos cuando sí debía quedarme en casa… sentí vergüenza de haberme convertido en lo que no era…y me dolió darme cuenta que había crecido a punta de porrazos, como todo el mundo…

Tal vez, por un momento pensé que crecer era un asunto diplomático, civilizado y factible de ser manejado… pero me di cuenta que muchas veces la vida no era como yo quería, que las variables se me arrancaban de las manos y que aprender no siempre era la experiencia académica agradable que encontré en mi carrera aún cuando muchas veces también me hizo llorar de frustración…a diferencia de la U. , la vida no siempre te dejaba ese sabor dulce al final…

Desde hace algunos meses me di cuenta que los años son ciclos infalibles, que cada año que pasa desde un acontecimiento siempre te obliga a retroceder, a recordar, a recapitular y ordenar… que a veces hay asuntos pendientes por cerrar y que si no lo he hecho es porque me aterra creer convincentemente y luego sentirme otra vez vulnerable y presta a caer…

Hubo gente que se quedó en el camino, hubo gente de la que me deshice como se desechan los papeles, como se tiran en el tarro de la basura todas esas cosas que sobran de la clase como papelillos picados… hubo gente importante a la que tuve que renunciar y hubo gente que me obligó a optar entre mi amor propio y el amor que tenía por esas mismas personas…hubo gente que me dejó aprendizajes dolorosos, hubo gente que me dañó deliberadamente y aún más… consciente de su daño…

Hubo gente que me confirmó la teoría de la supervivencia y me obligó a ser fuerte y a florecer entre la maleza…

Y hubo gente a la que aún le debo una disculpa por haber pagado platos rotos que no le correspondían…

Hubo peleas, hubo enojos y hubo llanto, hubo pena y hubo frustración… y también hubo días hermosos en que mis ojos se llenaron de luz aún en la niebla… y hubo días en que sentí amor por lo que hacía, hubo días en que me sentí grandiosa y llena de dicha, en que mis alumnos aprendieron lo que un año no aprendieron en su sala de clases… hubo gestos de plenitud, pero siempre fueron en la Universidad…

Hubo momentos en que sentí que mi vida era poco, pero que era todo lo que tenía y, a veces, quería…

Hubo besos llenos de fervor y profundo enamoramiento después de largos meses de espera, hubo momentos en que todo se llenó de luz cuando volví a recuperar por un instante lo que fue parte mía y por extrañas razones regresaba con una disculpa en la boca… hubo un regazo dulce y conciliador para cuando regresó, hubo un perfume impregnado en la pituitaria por una semana de septiembre aletargada, hubo un botón rojo que se resistió a marchitar en el florero de mi cuarto, hubo confusión y hubo pasión, hubo calor y hubo miradas que chocaban contra su casi pueril pudor, hubo intensidad y bipolaridad, hubo temor en el roce con su piel blanca como la nieve que coronó la palabra fría y asquerosa cuando se marchó por la puerta 21 camino al ascensor… hubo sol y hubo niebla espesa… y hubo días para recordar y otros días para olvidar…

Hubo orden y a cada uno su lugar…


Me ha tocado la platea de la vida… las luces comienzan a emerger desde el escenario, porque comienza un nuevo capítulo para desentrañar, para desollar con suspiros y caricias, con sollozos y nostalgias… con los por qués que aún no me contestas, con el abrazo profundo y la mirada perdida detrás de tu hombro… con el recuerdo de la carcajadita pueril, con el esfuerzo de crecer cuando aún no es tiempo, con el desarrollo del sentido común aún cuando no es el más común de los sentidos, intentando flexibilizar tu cognición, pero por sobretodo de cultivar la inteligencia que es propia de la emoción…

Y ahora que la nueva función comienza… algunos pupitres se hallan aún vacíos, donde nunca nadie llegó… otros se repetirán la función y otros se encuentran prestos a llegar… hay mitades en el suelo de todo lo que ellos dejaron y de todo lo que pasó… hay mitades de objetos extraños que se juntan, pero no encajan… aprendizajes que no anclan porque aún queda camino para generar otras mitades que logren encontrar las incertidumbres y darles respuestas tardías, pero sabias…

martes, noviembre 07, 2006

Deuda por pagar...


Asignatura: Intervención Psicopedagógica del Retardo Mental
Profesor: Hernán Ahumada (sí, el mismo que aparece en la Prueba de Comportamiento Matemático (PCM) del famoso Dr. Olea)
Hora: mm... a eso de las 10 y algo de la mañana...
Lugar: Sala B algo... en el pasillo inferior de la Escuela de Pedagogía PUCV con un sol enorme afuera...
Contexto: últimas clases de métodos de intervención en el cálculo matemático válidos para todo tipo de niños.... con y sin dificultades de matemática...
Contenidos y objetivos de la sesión:
Conocer el procedimiento de Resta con dos compensaciones, tablas de multiplicar, división y Resolución de problemas y cómo enseñar esto mediante el método Feldman...(sí, el método de los palitos de fósforos, las cajitas de centenas y las decenas amarradas)

La matemática para todos los alumnos siempre ha significado un suplicio entre todos los subsectores de aprendizaje... pocos de los que lean esto se atreverán a negarlo...

¿Cuántos de nosotros memorizamos todo lo que no entendimos y saturamos nuestra memoria a más no poder?...

¿Cuántas veces contamos con los dedos escondiéndolos para que la profesora no nos pillara aplicando esa estrategia de "mala calaña"?,

¿Cuántas veces tuvimos que dibujar monitos, palotes y cuanta cosa se nos ocurrió para poder imaginar la situación de problema?...¿Cuántos teníamos un buen razonamiento matemático, pero siempre errábamos en la operatoria porque algún paso se nos olvidaba? (y más encima luego recibíamos malas calificaciones)

¿Cuántos de nosotros obtuvieron su primer rojo en Matemáticas?... ¿cuántos de nosotros usaron canciones, rimas, conexiones extrañas tales como 7x8=56 porque aparece toda la secuencia 5,6,7,8?,

¿Cuántos no multiplicaron con los dedos o compraron una reglita de esas que por detrás tenían las tablas?,

¿Cuántos no jugamos con la/el compañer@ de puesto a adivinar el logarítmo y las respuestas? ¿Cuántas veces no recurrimos a copiar la respuesta de atrás del libro Santillana o a copiar a la Ingrid Correa que era una bala para el cálculo?

¿Por qué la división se resuelve de izquierda a derecha si todo el resto de las operatorias van de derecha a izquierda? ¿es que nos quieren volver loc@s con sus excepciones arbitrarias?

¿Por qué cuando chicos no entendemos que la multiplicación es una suma abreviada y que es más fácil que sumar mil veces 100?...

Hoy en la clase del Profesor, pese a mi sueño crónico pensaba eso... entre tomar apuntes y escribir todo esto que pensaba y que ahora, que he llegado a mi casa, he decidido transcribir todo esto, porque cada día mi profesión cobra más sentido... ahora no sólo comprendo metodologías, técnicas y procesos pedagógicos de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas.. ahora también entiendo la importancia de éstas como un bálsamo a la angustia de esos pequeños en los que ahora me veo yo, como en un racconto... una retrospectiva...

Con ellos reviví todas esas pequeñas angustias que me traía estudiar matemáticas... con ellos revivo a mi Profesora que ensalzaba a quienes eran más rápidos y que con sus humillaciones apagó todos mis esfuerzos y todas mis ganas de aprender...

El Profesor Ahumada, catedrático PUCV del área nos ha explicado con todos los materiales del mundo cómo trabajar el valor posicional y la operatoria matemática...

¿Cómo llegamos a entender que una decena son 10 elementos?... que en el espacio de las unidades no pueden ir más de diez?, ¿quien supo alguna vez que el espacio que se deja en la multiplicación de multidígitos es porque estamos multiplicando la decena y no es porque sí no más?...

Bueno... así como con la Pedagogía se han ido derrumbando mitos y malos hábitos instalados hace muchos años... de pronto en medio de mis cavilaciones pedagógicas me dije:

"¡Voy a ordenar a la Javi apenas llegue! (siempre imaginado su mentecita como un montón de cajones llenos de información no clasificada...)

Por fin voy a poder saldar su pequeña gran duda que me tenía en deuda hace por lo menos 3 años...

Javiera: Karita, Karita... siii... si es 123- 34?? a 3 no le puedo quitar 4...
Karina: mmm... entonces dí, 4 para llegar a 13...
Javiera: ¿Por qué? ¿y por qué 13?
Karina: No sé... sólo dí eso...y te va a salir...
Mamá: nooo! mejor dí... $$%&/(!"·$%&/ (explicación del otro método de resta que jamás entendí)
Papá: nooo!!! es más fácil el otro método

Javiera: beeeeeeeeeeep!!! mente de 8 años colapsada, carita atónita y desesperación total...
Mamá: estas viejas del colegio que siempre mandan la resta con reserva para que la enseñemos en la casa... yo creo que ni ellas saben cómo enseñarla!

((((Luego de un tiempo: malas calificaciones en la prueba del 2º básico "Dabene"
Libreta de comunicaciones: en vacaciones por favor reforzar la resta! okeeeeeeey!!!))))

La verdad es que en ese momento en que la Javita me miraba atónita, me sentí una pésima profesora... no sabía darle una explicación lógica a mi hermanita de 8 años... no sabía cómo explicarle de una forma lógica por qué el 3 ahora resultaba ser 13...

¿Por qué el 3 se convierte en 13?, tú que lees ¿eres capaz de justificarlo y demostrarlo razonablemente de forma:

- Declarativa
- Procedimental
- Actitudinal
- Metacognitiva???

Yo hoy en la mañana me vi capaz de contestar a mi propia pregunta...Hoy, después de haberme declarado INCOMPETENTE para los números durante toda mi vida escolar, después de haberme resignado a operar triste y mecánicamente...

BENDITA MEMORIA!! La automatización de este "teorema" me había permitido sobrevivir durante años!!
Es increíble pensar que después de 18 años entendí por qué se decía 4 para llegar a 13...Porque hasta ahora mi única explicación era un "porque sí", por qué "se pedía prestado", porque no había que pedir 1, sino 1 decena, porque una decena eran 10 y esos diez se canjeaban en la unidad sumándole esos tres que habían para lograr un 13... ahora entendí el procedimiento y comprendí que no había ningún misterio en eso que tantos aprendimos solo "porque sí"...

Los invito a rememorar ese 2º y 3º básico cuando debíamos aprender esas pequeñas grandes cosas:

¿Alguien usó ábaco para aprender?
¿Realizaste conversiones y viste la equivalencia entre lo concreto que son 10 palitos de fósforos y lo abstracto de representar una decena en la operatoria como un simple 1 suponiendo automáticamente en tu mente esos 10 palitos de fósforos?
¿Entendieron en ese entonces que se pedía una decena al de al lado?

En mi segundo básico nunca usé el ábaco, nunca entendí el canje en sí mismo y aún así la escuela se empeñó en que siguiera multiplicando y aún más dividiendo!!...

Luego de esta mañana sólo sé que le debo una gran explicación a mi Javiera y que ahora es mi responsabilidad enseñarle a mis niños pequeños a restar, pero más allá de eso a entender a los 8 años, lo que yo entendí a los 24..."
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Después de haber leído esto de seguro muchos dirán: bah! pero si es obvio, eso yo lo sabía... algunos lo dirán porque en verdad lo sabían... otros por cubrir su amor propio y no sentirse unos tontos por no haber comprendido algo tan simple como esto...

No obstante, quisiera contarles que este nuevo aprendizaje metodológico en mi carrera pedagógica me llevó a entevistar a muchísima gente en el día de hoy sólo para preguntarles: "si te digo 123-34 ¿cómo lo resuelves?" La explicación de mil métodos... "que le pido prestado a", "que simplifico los números y luego los sumo y luego los resto", declaraciones honestas como "porque es así y punto", cálculos clandestinos y estrategias eternas solo me llevaron a darme cuenta de cuán responsables somos los profesores de dilucidar este pequeño gran misterio para todos que fuimos niños maltratados por los números...

jueves, octubre 12, 2006

Plástico... petróleo, tierra, agua... esencia...


Las personas escindidas en sus “yos”: emocional y racional solemos difuminar la realidad y dividirla, ver las partes y no el todo e incluso escondernos de nosotros mismos y lo intentamos todo con tal de no enfrentar a estos dos polos en espejo para evitar las crisis existenciales y los conflictos entre estos entes tan fuertes y débiles a la vez…

Siempre hay uno de los dos yos que gobierna sobre el otro, porque las situaciones se han hecho para enfrentarlas no sólo pensando, sino también sintiendo… Pero a las personas que somos gobernadas por el yo emocional, simplemente nos encanta maquillar las situaciones peligrosas, esas que amenazan y hacen vulnerable nuestra coraza y fortaleza, las disfrazamos o las miramos desde un punto de vista rebuscado y las tratamos de abordar como si fuese algo netamente racional…

Sin embargo, sería bueno aceptar que hay cosas de la vida que se deben sentir más que pensar y que sólo hay que pensarlas para que esa razón sostenga la pena o la encause, pero, por ningún motivo para apalear, disminuir o negar esa pena, esa rabia, ese llanto o esa frustración…

Tal vez, me he pasado la vida entera racionalizando las cosas…todo el tiempo he buscado protegerme de la tristeza, de la desidia, del dolor, la amargura y la decepción…Me doy razones estúpidas que sólo yo comprendo, razones tontas que sólo yo acepto, aún cuando sé que carecen de validez alguna.

Las personas gobernadas por sus emociones, conviven con ellas a diario, pero no por ello logran llegar a definirlas, porque son tantas y coexisten todas a la vez… que no logramos distinguir en la maraña de sentimientos donde empieza el dolor, donde termina la rabia, donde sale la frustración, donde nace la nostalgia y donde comienza a salir el sol otra vez para sanar y abrigar todos nuestros vacíos…

He querido racionalizar el estrés que me provoca estar en esta carrera que no me deja dormir, comer bien, pensando que aparte de la Universidad no hay nada más allá afuera que sea interesante de descubrir… que mi vida personal se termina cuando salgo de la reja de Sausalito y luego soy yo y nadie más…

Cuando en realidad es esa vida de mierda la que no me deja descubrir otras cosas…

Y finalmente tengo miedo de descubrirlas y terminar concluyendo lo que sé y no quiero asumir: que el mundo de allá afuera es inmensamente más exquisito que este y que, si me arriesgo a descubrirlo tal vez no vuelva nunca más a la Universidad y viva enamorada de lo que no me va a sostener jamás… las calles de Valparaíso, los colores del cielo, las franjas anaranjadas que tiñen el cielo al atardecer…de las luces y sombras que se difuminan en las nubes ambiguamente dejando entrever, dejando la duda, sin determinar si es día o ya es de noche…

Me da miedo dejar todo lo que objetivamente vale, por dar en el gusto a ese capricho mío…

He querido racionalizar los amores que siento, porque se hallan distantes, he intentado “comprender” al amor y asignarle un itinerario lógico para no someterme a la sensación del balancín…he luchado contra mis amores, porque el corazón me tironea e insiste en llevarme hacia ese lugar donde es imposible dejar de entregarme a mi más escondido punto de debilidad…he tratado de sonsacarle verdades azarosas y de ponerle condiciones, he tratado de frenarlo cuando la marcha es rápida y el camino es denso… pero el amor nos lleva a todos, tarde a temprano a disfrutarlo, a sentirlo sin pensarlo, a comerlo a besos, a sostenerlo entre los brazos… y pese al miedo que sentimos siempre racionalizamos ese riesgo advirtiéndonos que esta será…

… la última vez…

Me da miedo dejar todo lo que objetivamente vale, por no poder decirle "no" a ese capricho mío…

He querido racionalizar mis miedos… y olvidarlos en medio de la avenida mientras los autos se alborotan y yo corro a la playa… he querido abandonarlos sin pudor de dejarlos a merced de la indiferencia y el desamor más grande…no he querido aceptarlos como parte de mi vida, porque me niego a asumir que son parte de MI vida… y pese a esa inseguridad que me provoca el miedo lo racionalizo contándome un cuento que solo yo creo…







domingo, julio 23, 2006

Si me voy a ahogar en un vaso... que sea en uno medio lleno...


Fue un tiempo difícil, yo sé...

Fue un tiempo de repetirme una y mil veces mi propia historia sin llegármela a creer, fue el tiempo en que las cosas más increíbles llegaron a ampliar los límites de la credulidad, en que lo perceptivo fue mucho más allá de los estímulos del medio, en que las imágenes iban más allá de mi retina policromática, los sonidos más allá del oscilar del yunque, el martillo y el estribo...los olores más allá de mi nostálgica pituitaria, los sabores más allá de mis resentidas y confundidas papilas agridulces... las sensaciones cada vez más allá de las caricias que asomaban por las manos...

Fue todo una cuestión de posicionamiento, de llegar a entender que las pérdida podían volverse triunfos con el simple gesto de dar la espalda al mundo, de cerrar algunas puertas, de contemplarme a mí misma como un holograma de la vida, de salir de mi burbujita, de mi delgada cúpula para verme a mí misma, de golpear mi pecera y estremecerla para atreverme a salir a nadar, esta vez en altamar…

Estuve tanto tiempo prendida de mi ingenuidad y mi fe, que ahora sin avisos y sin más fuerzas me dejaba caer…

En la arena del displacer, obligada a sentir el dolor de la caída, a veces siento ganas de volver a la pecera, pero la Kary no es así, nunca echó pie atrás, jamás se rindió ni consideró la pérdida como parte de la vida… mas ciertamente he de temer…. A confiar, a amar, a volverme a enamorar de mí misma…

Es hora de que “Cachalote” vuelva al mar… aún con la pena de Amelie por esa pérdida…

a cada quien su destino…

domingo, julio 16, 2006

al acecho del depredaror

Acogedor, como un vientre materno, bajo el alero de un automóvil de motor silente, tras las cùpulas cala el sol otoñal sale tras la tormenta y brilla sin por ello abrigar, todo parece volver a la calma y aun cuando intento dormir en el regazo mullido, el vaivén empuja mi lápiz, aun sigo despierta, luchando contra mi somnoliencia, alerta como el vigía de la manada recorre con sigilo los límites del mundo, así estoy ahora, al acecho del depredador